Pese a los diversos intentos para desvirtuar el debate sobre el futuro de las cajas de ahorros gallegas, a despecho de los que se emplearon a fondo para desviar la atención del verdadero núcleo del problema, cada día está más claro cuáles son los verdaderos intereses en juego y las diferentes estrategias para reorganizar el sistema financiero. Por eso, cuando se acerca el último acto de la representación y antes de que caiga definitivamente el telón, es preciso plantear varios interrogantes a los principales actores y realizar algunas consideraciones sobre el proceso.
Teniendo en cuenta que el Partido Socialista rechaza, al menos hasta el momento, la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova, y considerando asimismo que la pasada semana en Vigo el gobernador del Banco de España desmontó con toda contundencia la propuesta (SIP) que venía defendiendo la dirección socialista, ¿podrían explicar de una vez Pachi Vázquez y José Blanco, evitando eufemismos y prescindiendo de declaraciones tan abrumadoramente solemnes como ostensiblemente oscuras, cuál es su modelo para el futuro de nuestras cajas de ahorros? Hace aproximadamente un par de años, como sin duda recordarán muchos de ustedes, hubo un intento de fusión entre Gas Natural y Endesa. A dicho proceso se opusieron el presidente de la empresa eléctrica, Manuel Pizarro, y el PP, promoviendo ambos el entendimiento de Endesa con la empresa germana E.on y acuñando aquel patriótico eslogan: "Antes alemanes que catalanes". ¿Está dispuesta la dirección del socialismo gallego a hacer algo similar, respaldando la estrategia del alcalde de Vigo y asumiendo de hecho que, en el tema que nos ocupa, es preferible entenderse con madrileños o aragoneses antes que con los coruñeses?
Convendría, finalmente, saber si toda esta peripecia significa que el PSdeG ha vuelto a asumir una posición mecánicamente dependiente del Gobierno socialista y de la cúpula estatal del PSOE, o si es Pachi Vázquez quien presiona al Gobierno para que presente un recurso contra la ley gallega de cajas, de acuerdo con el inaceptable principio según el cual todo lo que pueda beneficiar a Feijóo perjudica al PSOE, con independencia de los intereses de Galicia. Sinceramente, no sé lo que sería peor.
Por su parte, Feijóo debe despejar tres importantes incógnitas. La primera es hasta dónde está dispuesto a negociar el contenido de la ley de cajas aprobada por el Parlamento con el fin de evitar el recurso del Gobierno contra dicha ley. La segunda consiste en que Feijóo no ha aclarado nunca, y debe hacerlo sin dejar espacio a la más mínima duda o especulación, si la deseada fusión entre las cajas gallegas es una solución definitiva o simplemente un paso intermedio para abordar posteriormente nuevas alianzas que alejen de Galicia los centros de decisión financiera. La tercera se refiere a si Feijóo mantendrá su compromiso de vetar cualquier alianza de nuestras cajas con otras entidades financieras que desposea a Galicia de la capacidad de decisión sobre nuestro sistema financiero.
Por fin, algunas consideraciones políticas. Si el Gobierno presenta un recurso de inconstitucionalidad que impida la fusión de las cajas gallegas, el fracaso no recaerá sobre las espaldas de Feijóo, sino que será percibido como una agresión del Gobierno contra nuestros vitales intereses. Y de este modo, un personaje como Feijóo, que ha subordinando siempre el interés de Galicia a la estrategia general del PP, que ha utilizado la Xunta como un ariete contra el Gobierno y como plataforma para su carrera política en Madrid, aparecería, por obra y gracia del PSOE, como el más esforzado defensor de nuestros intereses generales. Muchos deben de ser los intereses en disputa para que el PSOE le haga semejante regalo a Feijóo. Pero todavía hay más. Cuando el presidente de la Xunta está contra las cuerdas por su demencial política lingüística; cuando miles de ciudadanos se movilizan contra el deterioro de los servicios públicos causado por la política de la Xunta; cuando la mayoría de la sociedad comienza a percibir que Feijóo ha sido incapaz de tomar ni una sola medida contra la crisis y el paro y cuando su liderazgo en el PP es desafiado con éxito en provincias como Ourense, la actitud del PSOE sobre las cajas de ahorros le permitirá al acosado presidente retomar la iniciativa política, encubrir sus sonoros fracasos y liderar la defensa de nuestro sistema financiero. Alguna explicación deberían dar tanto Pachi Vázquez como Pepe Blanco, ¿o no?
ANXO GUERREIRO
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